Eventos y novedades El arte del lujo, la moda de la magnificencia

El arte del lujo, la moda de la magnificencia

Beauty Gold y Eleonora Lastrucci se dan cita allí donde el tiempo es etéreo, y dan forma a las danzas. Danzas entendidas en el auténtico sentido de la palabra. La primera bailarina del teatro «La Scala», Martina Arduino, es la protagonista principal de este encuentro entre moda y maquillaje, entre arte y arte. Cada uno con su propio don, cada uno con sus propias ideas, cada uno con su propio estilo.

Parecen conceptos distantes, pero en realidad, cuando se habla de belleza, todo converge hacia una única forma, una única naturaleza y la mayoría lo llama arte. Se diga cómo se diga, el resultado es único y las fotografías que veréis a continuación os permitirán imaginar aquello que en vivo ha sido un auténtico himno a la magnificencia.

Las tres modelos de esta especial sesión se han encontrado participando en esta colaboración totalmente nueva, y han vivido la espléndida experiencia con pasión y entusiasmo. Por una parte, los largos y majestuosos vestidos de Eleonora Lastrucci, por otra el lujoso maquillaje Beauty Gold con oro auténtico de 23 y 24 kt. La make-up artist Anja Matanovic ha dotado de fantasía los movimientos dorados, mientras el especialista en cabello Frank Giacone ha guiado los peinados de las modelos siguiendo las líneas de las prendas. La fusión artística ha exaltado cada una de las figuras presentes, especialmente fotógrafos y directores.

El escenario ha sido la Toscana y en particular la ciudad donde nace la moda, Prato, con su elegante Palazzo Pretorio, con su pedazo de la historia, Palazzo Datini, y finalmente la iglesia de San Domenico. Las danzas han comenzado y han tomado forma en los movimientos de Martina Arduino, en la elegancia de Roberta D’Orsi, en las líneas de Nadja Kovacevic.

El gran baile ha tocado notas de prendas resplandecientes con maquillajes dorados, se repetían los rostros atónitos con miradas electrizantes, ha susurrado emociones felices y sentimientos fuertes. Se dice que la rareza de lo bello reside en los elementos o en los intérpretes: en este caso en ambos y por ellos el efecto causado ha sido tan importante.