El dorado al agua es uno de los métodos más antiguos para la aplicación de la hoja de pan de oro puro, de la hoja de pan de plata y – con menos frecuencia de la hoja de imitación. Una tradición secular transmitida de artesano a artesano la ha traído hasta nuestros días prácticamente idéntica a como se realizaba en los inicios del arte del dorado. Su nombre deriva del uso del agua y de sus compuestos tanto en la preparación del fondo como en la aplicación de la hoja.
Se recurre a esta técnica principalmente en la restauración del dorado cuando es necesario integrar partes que faltan o están dañadas de muebles, marcos o piezas hechas a mano de época. Está especialmente indicado también para la realización de fieles réplicas de objetos antiguos y para obtener superficies muy brillantes o con una alternancia de zonas brillantes y opacas.
A diferencia de las distintas técnicas de dorado a mixtión, el dorado al agua se puede completar con el bruñido, es decir, con un proceso de acabado especial perfecto para abrillantar total o parcialmente la superficie dorada.
Más complicada y laboriosa que el dorado a mixtión, es la mejor opción para enfatizar en la tridimensionalidad de las superficies o para realizar detalles extremadamente delicados.
Entre sus principales usos:
• Marcos de madera.
• Iconos.
• Restauración de dorados en muebles, marcos y elementos fabricados a mano.